Viernes, 03 de junio de 2011
Por Arturo Vásquez Terán
Periodista
Después de recibir en los últimos días, andanada de correos de quienes creen ser los reservistas de la moral ciudadana, de la moral educativa, de la moral de la libertad de prensa y expresión y el reservorio energético de la juventud universitaria, he decidido votar este domingo irresponsablemente. Sí, teniendo en cuenta que esta elección es un problema para decidir, tengo derecho a no ser responsable de solucionar los problemas de los otros.
No quiero dejarme inducir, por aquellos admirados intelectuales que piensan que somos ovejas, que hoy dicen Ollanta es un salto al vacío y mañana se redimen y lo respaldan, o dicen que es el cáncer o el sida y luego eligen convivir con él. Siento vergüenza ajena.
No deseo seguir a quienes dicen, fui perseguido por la dictadura, o marcharon en solidaridad con los familiares de los universitarios de la Cantuta y ahora respaldan a Keiko.
Por Arturo Vásquez Terán
Periodista
Después de recibir en los últimos días, andanada de correos de quienes creen ser los reservistas de la moral ciudadana, de la moral educativa, de la moral de la libertad de prensa y expresión y el reservorio energético de la juventud universitaria, he decidido votar este domingo irresponsablemente. Sí, teniendo en cuenta que esta elección es un problema para decidir, tengo derecho a no ser responsable de solucionar los problemas de los otros.
No quiero dejarme inducir, por aquellos admirados intelectuales que piensan que somos ovejas, que hoy dicen Ollanta es un salto al vacío y mañana se redimen y lo respaldan, o dicen que es el cáncer o el sida y luego eligen convivir con él. Siento vergüenza ajena.
No deseo seguir a quienes dicen, fui perseguido por la dictadura, o marcharon en solidaridad con los familiares de los universitarios de la Cantuta y ahora respaldan a Keiko.
Tantas cosas vergonzosas que decir en estos contextos.
No me preocupa tanto lo que ya pasó en nuestro país, me preocupa lo que pueda pasar. Gane quien gane, ojalá no destruya nuestro país, y que oriente nuestra economía a una verdadera distribución de la riqueza, con equidad sincera.
Deseo para mis hijos, un país en paz, si no con bonanza, pero sí con tranquilidad económica. Donde puedan estudiar, trabajar y progresar, sin que sus derechos ciudadanos sea conculcados. Esa es mi apuesta.
Lamento el descrédito en el que ha caído la clase política, con su acto de transfuguismo inmediato eleccionario, la palabra devaluada de candidatos que en la primera vuelta fustigaron a quienes ahora apoyan, palabra que no vale y ya nunca valdrá más, que un billete de tres soles.
No me preocupa tanto lo que ya pasó en nuestro país, me preocupa lo que pueda pasar. Gane quien gane, ojalá no destruya nuestro país, y que oriente nuestra economía a una verdadera distribución de la riqueza, con equidad sincera.
Deseo para mis hijos, un país en paz, si no con bonanza, pero sí con tranquilidad económica. Donde puedan estudiar, trabajar y progresar, sin que sus derechos ciudadanos sea conculcados. Esa es mi apuesta.
Lamento el descrédito en el que ha caído la clase política, con su acto de transfuguismo inmediato eleccionario, la palabra devaluada de candidatos que en la primera vuelta fustigaron a quienes ahora apoyan, palabra que no vale y ya nunca valdrá más, que un billete de tres soles.
Este domingo cinco de junio, iré a votar feliz de sólo pensar que ya no recibiré tanto correo indeseable, de gente honorable contagiada por el mal sentimiento de la conflagración interna, el insulto y la agresión porque no piensan igual que ellos. Porque no se les hace caso a su "verdad".
De todas las elecciones en que participé, nunca sentí pena como en esta, al ver a colegas que asumieron defensas y dejaron su labor de periodistas para dedicarse en cada palabra, comentario u opinión, a bajo el título de "estoy diciendo las cosas como son", defender lo indefendible de sus candidatos.
Tema aparte, es el provecho que han sacado de estas elecciones los francotiradores y mercenarios, émulos de "los ochenta", metidos de periodistas.
De todas las elecciones en que participé, nunca sentí pena como en esta, al ver a colegas que asumieron defensas y dejaron su labor de periodistas para dedicarse en cada palabra, comentario u opinión, a bajo el título de "estoy diciendo las cosas como son", defender lo indefendible de sus candidatos.
Tema aparte, es el provecho que han sacado de estas elecciones los francotiradores y mercenarios, émulos de "los ochenta", metidos de periodistas.
Finalmente, decirles a mis amigos de ambas agrupaciones políticas, que no se preocupen, ya no sufran gratis, he decidido apoyarlos a ambos, este domingo votaré por los dos.
http://www.noticiastrujillo.com/index.php?option=com_content&task=view&id=48331&Itemid=56
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